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¿Por qué a mi gato no le gusta que lo cargue?

¿Por qué a mi gato no le gusta que lo cargue?

Si es dueño de un gato, sabrá que a menudo no les gusta que los humanos los toquen o los lleven en brazos. De hecho, muchas personas afirman que sus gatos no permiten que los tengan en sus brazos. Entonces, ¿Por qué a mi gato no le gusta que lo cargue?.

¿Por qué a mi gato no le gusta que lo cargue?

¿Por qué a mi gato no le gusta que lo cargue?

Los gatos son criaturas muy independientes que disfrutan de su libertad. También tienden a ser muy territoriales y protectores de su espacio. Si sienten que alguien más está invadiendo su territorio, pueden reaccionar agresivamente.

Una de las razones puede ser que no están acostumbrados. En la naturaleza, los gatos suelen ser independientes y solamente interactúan con otros gatos cuando es necesario.

Otra razón puede ser que los gatos se sienten vulnerables cuando se les coge en brazos. No pueden ver lo que ocurre a su alrededor y están a merced de su cuidador humano.

Por último, es posible que a algunos gatos simplemente no les guste la sensación de estar en brazos. Pueden sentirse atrapados e incómodos.

¿Por qué a mi gato no le gusta que lo cargue?

Consejos para tratar con un gato al que no le gusta que lo carguen

  • En primer lugar, empiece por coger a su gato solo cuando esté tranquilo. Si su gato está corriendo y jugando, no es el mejor momento para intentar cogerlo.
  • Sea respetuoso con los deseos de su gato y no intente llevarlo en brazos si está claro que no quiere que lo cojan.
  • No obligues a tu gato a quedarse quieto. A los gatos no les gusta que los mantengan quietos. Prefieren moverse y explorar. Por lo tanto, no los recoja a menos que lo soliciten.
  • Trate de evitar movimientos repentinos. Tu gato puede sentirse amenazado por movimientos bruscos.
  • No grites a tu gato. Esto lo pondrá aún más asustado y a la defensiva.
  • Intente que llevar a su gato sea más bien un juego para él. Cuando vaya a cogerlo, asegúrese de decir algo amistoso que él asocie con el hecho de cargarlo.
  • Intente atraer al gato para que lo cojan ofreciéndole un juguete o una golosina. Si eso no funciona, engatusa al gato hacia ti con una voz suave y un tacto delicado.
  • Si todo lo demás falla, simplemente recoja al gato por detrás, para que no tenga que sentirse atrapado.
  • Sea consistente. Sigue siempre la misma rutina todos los días.
  • Recuerda que tu gato necesita tiempo para adaptarse a los cambios. Dale algo de tiempo para que se calme antes de volver a intentarlo.

Finalmente, trate de ganarse la confianza de su michi, comience saludándolo, sentándose a su lado, extiéndale la mano y espera a que él se acerque. Si se te acerca y te pide caricias, sorpréndelo con un regalo especial o una palabra amable. Tu michi asociará la cercanía con un momento positivo. Si empieza a portarse mal, no lo obligues a quedarse; déjelo ir, el sentirse libre le dará más seguridad hacia tu persona.